La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus propias manos, la destruye." – Proverbios 14:1
Vivimos tiempos donde lo malo es bueno, y lo bueno malo, donde el diseño de Dios es constantemente atacado por ideologías confusas que alejan al ser humano de Dios. En medio de esta oscuridad, Dios sigue levantando hombres y mujeres que resplandecen con la luz de Cristo, que no se conforman con los estándares del mundo, sino que eligen honrar su esencia. El enemigo ataca constantemente a la mujer, porque sabe que una mujer con el corazón alineado al de Dios es un instrumento poderoso en sus manos
Resplandece Mujer es más que un llamado, es una afirmación sobre la identidad que cada hija de Dios lleva dentro. Es reconocer que fuimos creadas con propósito, con belleza espiritual, con ternura y fortaleza que no necesitan imitar lo masculino para ser valoradas. Estamos en completo desacuerdo con un feminismo que distorsiona esa identidad, que promueve rivalidad y autosuficiencia sin Dios, sembrando una visión errada de lo que significa ser mujer.
Guarda tu corazón: la fuente de la vida
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” – Proverbios 4:23
La mujer sabia no solo cuida lo que hace, sino también lo que permite entrar en su corazón. Las heridas del pasado, los mensajes del mundo, las presiones externas y las voces del enemigo quieren contaminar nuestra alma y apartarnos del propósito que Dios determinó para cada una de nosotras. Por eso, Dios nos llama a cuidar nuestro interior, pues de allí fluye la vida, la fe, el amor, la paz o todo lo contrario, si dejamos entrar a nuestra alma todo aquello que nos aparta de su presencia.
Vestidas con la armadura de Dios
"Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo." – Efesios 6:11
Como mujeres que edifican, no estamos exentas de la batalla. El enemigo conoce el valor que tiene una mujer alineada al propósito de Dios, y por ello busca atacarla en su mente, en su autoestima, en su fe. Necesitamos vestirnos cada día con la armadura espiritual que el Señor nos ha provisto. Especialmente el casco de la salvación, que protege nuestros pensamientos. No podemos permitir que ideas erradas, temores, mentiras o dudas gobiernen nuestra mente. Todo pensamiento debe ser llevado cautivo a la obediencia a Cristo.
Una fe firme en tiempos de tormenta
Jesús es la roca. No hay otra. Las religiones, las filosofías, las emociones y la vanagloria del mundo pueden parecer firmes, pero solo Jesús tiene palabras de vida eterna. Los tiempos actuales son turbulentos; enfermedades, crisis económicas, ideologías destructivas, modas engañosas, religiones sin verdad. Todo esto amenaza con destruir la fe genuina que nos lleva a la vida eterna.
Pero la mujer sabia no construye sobre arena. Ella ha decidido edificar su vida, su casa, sus decisiones, sus valores y sus sueños sobre la roca firme que es Cristo, y cuando lleguen las tormentas, ella permanecerá firme, no por sus propias fuerzas, sino por Aquel que vive en ella
No permitas que el enemigo te robe el diseño de Dios
La estrategia del enemigo siempre ha sido la misma; mentir, confundir, dividir y destruir. Y lo hace sutilmente, disfrazado de progreso, de libertad o de empoderamiento. Pero tú, mujer de Dios, no estás llamada a pelear batallas que Dios no te asignó. Tu identidad no necesita defensa, sino afirmación en Jesús. No luches por ocupar un lugar que ya te fue dado en el corazón del Padre. Más bien, vive para reflejar la gloria de Dios en todo lo que eres y haces.
Tú eres una mujer que resplandece. No por ti misma, sino porque la luz de Cristo brilla en ti. El mundo necesita mujeres como tú; sabias, amorosas, valientes, firmes, humildes, maduras en la fe. Mujeres que edifican su casa con verdad, que guardan su corazón con celo, que se visten de la armadura de Dios y que caminan sobre la roca, sin ser movidas por lo que este mundo ofrece.
En este mundo lleno de ruido y confusión, tú puedes resplandecer con la esencia que Dios colocó en ti desde el principio. No necesitas competir, compararte ni endurecer tu alma para ser fuerte. Eres única y no hay otra versión tuya, y así como eres Dios te ama y quiere que cumplas tu verdadero propósito.Tu verdadera fortaleza está en tu fe, en tu amor, en tu obediencia, en tu identidad como hija de Dios.
Que tus pensamientos sean guardados, tu corazón fortalecido, y tu cuerpo sea un lugar donde el Espíritu de Dios habite con gozo. ¡Levántate y brilla con el poder de Jesús!